Me río de Janeiro

Empezar la noche a ritmo de vals puede llegar a ser agotador si lo que ocurre posteriormente se parece a esto que os voy a contar. Voy por la calle con dos amigas -matiz: amigas en el sueño- y se nos une un conocido con el que me pongo a bailar un vals en mitad de la calle. Como tengo que irme a casa, me despido y me dirijo al portal. Subo en un ascensor rarísimo (no sé qué tengo yo con los portales) y llego a casa.



Lo siguiente que recuerdo es quedar con los amigos e irnos a cruzar una especie de río aunque no estoy segura de si era un río. La cuestión es que una del grupo, cruza el río de un salto, se da media vuelta y nos dice que crucemos nosotros también. En éstas, aparece un cocodrilo feísimo y rarísimo. Es como si fuera uno de estos hinchables pero con un ojo en Shangai y el otro en Minnesota. se lanza hacia nosotros, así que intentamos huir ya que consigue cruzar el río de un salto él también.

En este punto del sueño, todo se convierte en una película de ¿terror?. El cocodrilo mete en un coche a una mujer que está casada y tiene dos hijos -niño y niña-, después se mete él en el asiento del conductor y llama a casa de la mujer. Contesta la niña, el cocodrilo empieza a hablar con ella y pulsa el botón número uno que tiene el coche. Entonces la niña se vuelve loca quedando a merced del cocodrilo...

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